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Más Ángel que nunca

• Ángel Boliver y el delirium Iluminae, su creación plástica, edición presentada de manera virtual por la Secretaría de Cultural de Baja California

• Abril Boliver, autora de este libro, recupera
más de tres mil obras artísticas de su padre

Ciudad de México a 23 de agosto, 2021.- Ángel Boliver y el delirium Iluminae, su creación plástica, libro que recupera más de tres mil obras del pintor y poeta duranguense, “restituye un doble sentido, por un lado saca de la ausencia la obra de Boliver para no dejar un vacío, una invisibilidad que nos permita considerar lo que existían en el arte, el legado pasado hoy hecho presente, ese patrimonio que nos hace ser lo que somos, y, por otro lado, restituye y hace del conocimiento el ancestro, mencionó la rectora de nuestra casa de estudios, Rosa María Torres Hernández.

Durante la presentación virtual de esta edición, efectuada por la Secretaría de Cultura de Baja California, la doctora Torres Hernández dijo que “Apela pues el libro a reconocer la herencia de aquellos que han contribuido y aportado a las artes de México lo que nos ayuda a forjar una identidad como nación, que nos ha permitido ser quienes somos, y saber de dónde venimos para lograr así un mejor desarrollo como personas dentro de nuestra sociedad”.

La obra plasmada en cada ejemplar, asegura Torres Hernández, “nos permite tener una experiencia estética a través de materiales simbólicos y expresivos que aparecen a lo largo de toda la obra; esta experiencia es placentera y estimulante de pensamiento”.

Aunque la obra del pintor y poeta mexicano Ángel Boliver es poco conocida, tiene un lugar importante en la historia del arte mexicano, y su familia busca reivindicarlo a través de esta edición, que puede considerarse un homenaje a su creación plástica.

Fueron 25 años los que llevó a la familia del artista plástico a catalogar más de tres mil obras que se encontraron en una bodega secreta del autor, y que muestran los trabajos que realizó en distintas épocas, técnicas y formatos.

Torres Hernández, rectora de la UPN, acompañó a Abril Boliver a comentar su libro que reúne diez secciones con los diferentes temas que componen el trabajo de su padre: Géneros plásticos, Paisaje, Bodegón, Retrato, Mexicanistas, Realismo sacro, Caósmosis, Conciertos lineales, Su majestad la Geometría y Mascherata.

Para la doctora en Pedagogía, se trata de un libro que representa “un testimonio con sentido amoroso y trasformador del recuerdo de la obra de Ángel”.

Aseguró que esta edición es parte del patrimonio cultural porque contiene historias de la obra de Boliver, pero también muestra la preservación de la memoria en honor al padre, al poeta, al muralista y al maestro, y ambas tareas “son actos trascendentes en un mundo donde el consumo contemporáneo es grande, vertiginoso y el tiempo es líquido, rápido y fluido en contraposición con la constancia, solides y la preservación que nos muestra Abril”.

“La obra nunca se limita al objeto pintado, esculpido o narrado, del mismo modo que cada uno de nosotros solo puede percibir las cosas sobre el trasfondo del mundo de los objetos representados por el arte, se nos aparece ese sobre el trasfondo del universo; si el pintor nos ofrece un campo o un jarrón de flores, sus pinturas son ventanas abiertas al mundo; nosotros seguimos la senda roja enterrada entre los trigos mucho más lejos desde hasta donde Van Gogh la ha pintado a lo largo de otros trigales, otras nubes, hasta el río que desemboca en el mar y hacen llegar hasta e infinito, hasta la otra punta del mundo, la profunda finalidad que sostiene la existencia del campo y de la tierra, de modo que los objetos diversos que produce o reproduce el arte aspira a la renovación del mundo. Cada cuadro, cada libro es una recuperación de la totalidad del ser”, comentó la rectora de la UPN.

“Se trata, continuó, de traer a la escena el texto y las imágenes; se produce un conocimiento nuevo y se promueve el despliego de la imaginación, así, podemos ver los testimonios de la autora, quien dice yo estoy ahí, pero hace presente la obra de su padre y a su padre mismo, más Ángel que nunca.

Por su parte, Elizabeth Cámara señaló que se trata de “una memoria catálogo compuesta de una atinada selección de imágenes. Lo que hace Abril en esta obra, es plasmar el trabajo de su investigación a través de la presentación de los diversos géneros por los que transitó Ángel; todos llenos de elocuencia, magia y enigma, acompañados de las reflexiones dejadas por el propio pintor en documentos que hablan de sus cavilaciones, su obra, la creación, la diversidad y sobre los diverso géneros pictóricos que exploró”.

Abril Boliver señaló que Delirium Iluminae no tiene traducción, “a Boliver lo escuché decir que la locura luminosa altera la conciencia de los amorosos, de los religiosos poseídos de santidad y de los héroes creadores y creativos de cualquier disciplina o ciencia. En el arte, la locura luminosa raya en un juego maravilloso, en donde todos los días se tiene la posibilidad de ser tocado por ella”; de esta manera, delirium iluminae “es para quien lo quiera ver abriendo las ventanas de sus ojos y a través de sus oídos que están mirando las palabras o las imágenes que están mostrando las cosas visibles”.

Alguna de la obra de Ángel Boliver está en El Castillo de Chapultepec, La toma de Zacatecas (1965) y seis tableros titulados Retratos murales de los maestros más distinguidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (1962), en el Aula Justo Sierra de la Escuela Nacional Preparatoria, entre muchas otras piezas

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