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Atención, memoria y motivación, necesarios para generar conocimientos significativos y duraderos

El ciclo de conferencias magistrales: Educación emocional dentro de la escuela en los tiempos de crisis, fueron organizadas por la Unidad UPN 053, de Piedras Negras, Coahuila

Para que la y el docente genere en sus estudiantes conocimiento significativo y duradero en el aula, se requiere que se genere atención, memoria, aliento y motivación, afirmó la maestra Lorena Chávez, maestra en Psicopedagogía, en el ciclo de conferencias magistrales Educación emocional dentro de la escuela en los tiempos de crisis, organizadas por la Unidad UPN 053, de Piedras Negras, Coahuila.

Para enriquecer esta forma de enseñar, las y los docentes pueden utilizar la neurodidáctica, que es diseñar y adaptar la manera en la que la o el docente enseña tomando en cuenta el funcionamiento cerebral del estudiante.

La maestra Lorena Chávez agregó que se debe generar un clima emocional positivo en el aula, debido a que favorece el aprendizaje y a la cognición, pues el estrés y los malos tratos afectan el aprendizaje, provoca ansiedad o agotamiento generando cortisol, lo cual perjudica a la memoria y afecta las funciones ejecutivas.

Asimismo, se espera que la o el docente se preocupe por su grupo, muestre entusiasmo, conozca la materia, que sea además una persona comprensiva, empática, justa, paciente, con capacidad de escucha, respetuosa, puntual, así como amable y firme al mismo tiempo.

Necesarias actividades físicas y artísticas

Para que el cerebro pueda efectuar de manera adecuada el proceso del aprendizaje se requieren diversos aspectos, como el movimiento, el entretenimiento, las artes, la cooperación y las relaciones interpersonales, explicó Chávez Rosales. 

En este sentido, expuso que “la actividad física genera neurotransmisores, como la serotonina, noradrenalina y dopamina, que mejoran el estado de alerta, la atención y motivación, factores que son imprescindibles para que se dé el aprendizaje, pues nos permiten estar más alertas”.

Comentó que la educación artística ayuda a que los niños aumenten el compromiso emocional en el aula, también liberan dopamina, los estudiantes trabajan de forma más activa y aprenden unos de otros, aunado a que es imprescindible para su desarrollo cerebral.

En esta área entra el teatro, pues “los ayuda (a las y los estudiantes) a memorizar, a aprender sobre el mundo real y les permite reflexionar sobre lo que hacen y comparar sus opiniones con las de las demás personas. Fomenta la tolerancia y el respeto, mejora el autocontrol, así como la autoestima y le da a los niños y jóvenes un sentimiento de libertad y responsabilidad”.

Con la música se activan de forma simultánea áreas sensoriales y motoras que nos exige, además de capacidad auditiva, buena atención y memoria.

Por su parte, la danza tiene beneficios por ser una actividad física, de igual forma ayuda a la memoria, mejora el estado de ánimo, ayuda a conectarse con uno mismo, previene el envejecimiento cerebral, promueve emociones agradables y brinda agilidad mental.

A su vez, el juego desarrolla la creatividad, mejora el lenguaje, explora la realidad e imaginación, enseña normas, se gana autoconfianza, aumenta las habilidades sociales, favorece el equilibrio emocional y construye redes neuronales.

“Incluso nosotros como adultos podemos jugar y de esta manera generamos neurotransmisores positivos”, declaró Chávez Rosales.

Alma Lorena Chávez Rosales es maestra en psicopedagogía por parte de la Universidad de Barcelona, España y es capacitadora en la Secretaría de Educación Pública del estado de Coahuila.

La ponencia Neuroeducación forma pare del Ciclo de conferencias magistrales Educación emocional dentro de la escuela en los tiempos de crisis, organizadas por la Unidad 053, de Piedras Negras, Coahuila.

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